Durante una intensa semana, el pabellón Ruperto Medina se llenó de energía y pasión por el baloncesto, gracias a la emocionante tecnificación que tuvo lugar desde el lunes hasta el viernes. Niños y niñas de diferentes edades, desde los más pequeños pre-mini hasta los cadetes, se reunieron para aprender, mejorar y disfrutar de su deporte favorito..

La tecnificación estuvo dividida en dos grupos, dirigidos por dos talentosos entrenadores: Naroa, quien se encargó de los más peques, y David, a cargo de los mayores. Ambos, junto a sus ayudantes,  pusieron todo su conocimiento y entusiasmo para enseñar a los participantes las técnicas y estrategias fundamentales para mejorar en el juego.

Desde el primer día, el ambiente fue de pura diversión y camaradería. Los jóvenes jugadores y jugadoras se mezclaron y compartieron experiencias, formando nuevos vínculos y amistades en el proceso. Las risas y el entusiasmo resonaban en las canchas mientras los participantes se retaban mutuamente y celebraban cada canasta anotada.

Cada jornada comenzaba puntualmente a las 9:00 de la mañana, momento en el que los chicos y chicas se agrupaban con sus respectivos entrenadores y se preparaban para una emocionante jornada de aprendizaje. Las instalaciones de Ruperto Medina se convirtieron en un hervidero de actividad, con múltiples canchas de baloncesto en uso simultáneo y el sonido de los balones rebotando en cada rincón.

Durante las primeras horas de la mañana, Naroa y su equipo de entrenadores se dedicaron a instruir a los jugadores más jóvenes. Los niños y niñas, con sus ojos llenos de ilusión, aprendieron los conceptos básicos del baloncesto, desde cómo driblar y pasar, hasta la importancia de la defensa y el trabajo en equipo. Naroa demostró una habilidad excepcional para conectar con los pequeños, motivándolos y alentándolos en cada paso del camino.

Simultáneamente, en otras canchas, David y su grupo de jugadores mayores se sumergían en entrenamientos más avanzados y desafiantes. La atención se centraba en perfeccionar habilidades técnicas, tácticas de juego y estrategias específicas para mejorar el rendimiento individual y colectivo. Bajo la tutela de David, los jóvenes baloncestistas se encontraban en buenas manos, ya que su experiencia como entrenador les brindaba un nivel de conocimiento inigualable.

Pero no todo eran entrenamientos intensivos. A medida que avanzaba la mañana, se programaron pequeños descansos para que los jugadores recargaran energías y compartieran momentos de convivencia. Estos momentos de camaradería fortalecieron los lazos entre los participantes y crearon recuerdos duraderos. La pasión por el baloncesto se fusionó con la alegría de hacer nuevos amigos, lo que hizo que la tecnificación fuera una experiencia integral y enriquecedora.

La última hora de cada jornada se destinó a poner en práctica todo lo aprendido. Se organizaron emocionantes partidos y competiciones.

La semana que viene... más.